Buenas noches urrakeños, tras 3 meses de inactividad vuelve a nuestra Radio Urraka.
Vamos a empezar el programa narrando lo acontecido el jueves, en la primera corrida de la Feria del Pilar, en la plaza taurina de la Urraka.El cartel no era del todo malo, teníamos a un veterano torero, apodado "el pupas", y el otro no dejaba de ser un novillero novato llamado "ventura".
En cuanto a las ganaderías eran nuevas en esta plaza taurina, llegadas desde las tierras vallisoletanas.
Llegó la hora de empezar con el festejo taurino, la plaza presentaba un lleno hasta la bandera, porque estos son los festejos que nadie se quiere perder.
El primero en sacar el capote a pasear era “ventura”, que estaba impaciente por saber quien era el primero de su lote, y desde la barrera no quitaba ojo de la puerta de toriles, que por fin se abrió apareciendo el animal, reluciendo unos peligrosos pitones y unos cuartos traseros bien proporcionados. El novillero al ser principiante dejo que el animal se cansara un poco antes de empezar la faena. Luego, se dirigió hacia el centro del ruedo con la muleta levantada al igual que su tupé dispuesto a desarrollar una gran faena, y con ello empezaron los primeros trapazos. Primero por el pitón izquierdo, al ver el novillero que por este el animal era un poco reacio, comenzó por el derecho, obteniendo buenos pases de pecho. El novillero consiguió levantar de los asientos al personal con unos buenos pases al natural, el matador se sentía a gusto en la plaza y le siguió dándole pases por la derecha. Y llegó la hora de matar, se hizo el silencio en la plaza, cogió la espada, enfiló al animal pinchándole en dure, comenzándose a oír los primeros pitos. Y tras unos cuantos pinchazos consiguió acabar con la vida del animal.
El público le brindó una sonada ovación.
Una vez retirado el animal de la plaza, el público esperaba impaciente al “pupas”, un extraordinario torero que se caracterizaba por su buen manejo con la muleta. Sonaron las trompetas y se abrió la puerta de toriles, de allí salió desbocado el animal el cual presentaba un buen linaje con escasos pitones y unas cuartos traseros muy acordes a la ganadería de la cual procede. Como buen torero allí estaba en el centro del ruedo recibiendo con su muleta al morlaco, dándole unos pases de pecho, luego le siguió con una tanda al natural en la que cabe destacar la caída del morlaco debido a la fatiga. Por esto el “pupas” tubo que acortar la faena después de varios desfallecimientos del animal, aunque el público pedía la retirada del toro, pero el “pupas” insistía. Llegó la hora de matar, cogió el estoque, miró al animal algo agotado, lo cual permitió un pinchazo limpio en todo lo alto, provocando la caída inmediata del morlaco.
El público se levantó y aplaudió con fuerza al torero después de llevar hasta el final de una forma honorable una corrida difícil.
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